En el templo del Monasterio de Los Jerónimos, el núcleo en el que se fraguó la UCAM, está instalada la capilla ardiente con el cuerpo de José Luis Mendoza. Dentro, multitud de personas se acercan para despedirse de él y escribir en el libro de condolencias.
Alrededor del claustro del monasterio centenares de coronas fúnebres expresan el cariño y el agradecimiento a la figura del fundador de la Universidad Católica. Flores de sus amigos, de los diferentes departamentos de la universidad, de reconocidas personalidades, de las cofradías de la Semana Santa de varias ciudades. de asociaciones, ayuntamientos y varios partidos políticos. O algunas más personales, como el delegado del Gobierno, el presidente de la Comunidad y la Asamblea Regional. Muchas también llegan desde el mundo del deporte o de la empresa. Pero incluso sus más cercanos, como su secretaria o su equipo de limpieza.
