Ni si quiera les ha cogido por sorpresa. Los comerciantes del centro de Murcia esperan tarde o temprano que les toque a ellos. En la madrugada de este lunes, el turno fue para la popular pastelería 'El Horno de Belluga', habitual parada de los viandantes junto a la Catedral. La segunda vez para este establecimiento, que ya sufrió otro ataque hace apenas un año.
El método, rudimentario, es el de una roca para romper el cristal, por lo que se deduce que no son ladrones preparados, sino alguien desesperado por conseguir algo de dinero. La propia dependienta de la tienda nos confiesa que siente miedo y nervios cada vez que entra alguien a pedir dinero o comida, "cada 5 minutos".
Lo único bueno, el escaso botín, ya que tan solo robaron 50 euros que se quedaron en la caja registradora.
