Unos okupas querían entrar una vivienda de la huerta de la pedanía murciana de Rincón de Seca.
Rompieron la puerta lateral de la casa para entrar a vivir. Sin embargo, cuando entraron a la casa, se llevaron un gran susto: la dueña estaba dentro, pero fallecida.
Se llamaba Encarna, tenía más de 70 años y al parecer pudo morir hace tres o cuatro años, así que los okupas se la encontraron, según los propios testigos, en los huesos.
Los vecinos lamentan lo ocurrido porque creían que a la señora se la habían llevado años atrás a alguna residencia.
Rompieron la puerta lateral de la casa para entrar a vivir. Sin embargo, cuando entraron a la casa, se llevaron un gran susto: la dueña estaba dentro, pero fallecida.
Se llamaba Encarna, tenía más de 70 años y al parecer pudo morir hace tres o cuatro años, así que los okupas se la encontraron, según los propios testigos, en los huesos.
Los vecinos lamentan lo ocurrido porque creían que a la señora se la habían llevado años atrás a alguna residencia.