Qué vergüenza y qué vergüenza

¿Qué lleva a un hombre a mantenerse en el ridículo más mayúsculo que se recuerda sin importarle su reputación y la de los suyos y sus respectivos futuros?

Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol
Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol

El ridículo es histórico, mundial y global. Y muy ilustrativo de la filosofía de sillones y poltronas que hay en España. El beso de Rubiales y su tocamiento en la celebración son ya motivos de sobra vergonzantes como para que hubiera dimitido esa misma noche. Con naturalidad, con dignidad. Pero que estemos a miércoles y siga en el cargo a pesar del repudio unánime de todo quisque, me lleva a plantearme las siguientes cuestiones: ¿Qué lleva a un hombre a mantenerse en el ridículo más mayúsculo que se recuerda sin importarle su reputación y la de los suyos y sus respectivos futuros? ¿Qué tiene ese cargo para que le merezca la pena?

Además están por ahí los audios y otras barrabasadas que ya nos hicieron sentir vergüenza, pero no hagamos montonera. No aprovechemos que el Pisuerga. Aquí de lo que se trata es de la manifiesta incapacidad de ese señor para ocupar cualquier sitio de responsabilidad. Cada uno tiene sus virtudes. Fue un buen defensa central del Levante. Un buen defensa central del Levante pero está probado que no tiene aptitudes para representar nada  ¿Qué será lo próximo? ¿un calvo? No sé si es un gran gestor, pero sí que hoy nadie, ninguna empresa o institución pública o privada, terrícola o de otra galaxia, quiere en su nómina a ningún genial profesional sino tiene unos mínimos como persona. Y, sí que ha pedido disculpas, pero disculpas que aún son más ofensivas que la ofensa en sí y este es nuevamente el caso. Cuando uno supedita su excusa al “si alguien se ha sentido ofendido” es que no está reconociendo su culpa, sino que está señalando a los que se sienten ofendidos. Los tiquismiquis. Pero es que además ahora parece que el comunicado conjunto con la agredida no tiene ni el consentimiento ni el conocimiento de la jugadora. No merece la pena seguir con esto, la verdad. No recuerdo nada semejante.

El Gobierno ha tenido que actuar, y ahora viene el recorrido a través del CSD y el TAD para inhabilitar al besucón. Y esto tendrá su eficacia. Pero de aquí a entonces nadie nos va a ahorrar este horror impúdico, este show de ia indignidad. ¿Qué no habrá tras esos cargos directivos? El siguiente paso es la Asamblea Extraordinaria de la propia Federación, en donde si aplicamos antecedentes y esta pestilente lógica, los presidentes territoriales dirán que sí a todo cuanto se auto imponga de sanción el propio Rubiales, que será de todo punto execrable porque no vale ninguna otra cosa que no sea cese o dimisión inmediata de él y toda su corte sin billete de vuelta. Pero ojo a esa foto, ojo a quienes no le condenen enérgicamente en esa Asamblea, porque no queremos el mismo collar. Fuera él y fuera todos los pelotas. No queremos patadas para adelante. Esta caca es de borrón y cuenta nueva. Queremos ejemplaridad y profesionalidad. Que la hay en todos los sitios, en todos. Qué vergüenza y qué vergüenza.