Una auténtica incógnita. Así se presenta la Asamblea Extraordinaria de la Federación Española de Fútbol convocada para este viernes 25 de agosto por la mega crisis en tono al presidente Luis Rubiales y su comportamiento en los actos de celebración posteriores a la final del gran Mundial Femenino ganado por la Selección española. Aunque lo normal es que en el procedimiento que recorran las denuncias a través de CSD y luego el TAD salga una sanción e inhabilitación de Rubiales, este proceso tiene sus tiempos -puede que hasta dos años- parece surrealista que el presidente de la Española pretenda salir de ‘rositas’ del asunto. Ni los más optimistas esperan de Rubiales una huida hacia adelante. Pelillos a la mar. No lo volveré a hacer y tal. Eso ya no es posible. La dimisión está cantada. Y nada que no sea la dimisión inmediata e irrevocable calmará a la opinión pública. Y a la opinión pública le ha pillado en un momento en el que no tiene nada mejor que llevarse a la boca. Lo de Puigdemont es demasiado enrevesado, Putin sigue pillando muy lejos y no hay Gran Hermano ni Isla de las Tentaciones a mano. Nada, Rubiales. No hay otra cosa en cartelera.
Sea de una forma de otra, vía cilicio, vía TAD, si miramos un poco más allá, hay que buscar un sustituto. Un nuevo presidente. Si es mañana, mejor. Y ahí, nos encontramos un trío con credenciales, prestigio y salud reputacional. Está el presidente de la gallega, Rafael Louzán. Está el presidente de la andaluza, Pablo Lozano. Y está el presidente de la murciana, José Miguel Monje Carrillo. Este último para mí es el ideal. Tiene muchos años de acumulada experiencia en la gestión, en la gestión federativa además. Un hombre de acreditado éxito. Curtido en mil batallas, conocedor y mucho de la casa, en Madrid, considerado por UEFA en responsabilidades RSC y fútbol sala. De probado saber estar y porte, educación y currículum en fútbol femenino, fútbol base y adaptado, el murciano sería la solución para todos los males. Gestión, prestancia y prestigio. Monje Carrillo es una de las soluciones. Y soluciones no hay muchas. Y el problema es no pequeño.