El Real Murcia llegaba este domingo a su encuentro frente al Atlético Baleares en una situación inmejorable. Después de dos goleadas consecutivas y la moral del equipo y la afición por las nubes, el choque del Enrique Roca frente a un equipo de la zona media-baja parecía ideal para prolongar este buen momento y continuar con la trayectoria ascendente en las clasificación. Nada de eso sucedió. El conjunto grana volvió a acusar los problemas que ha tenido durante toda la temporada, especialmente en su estadio, el de la falta de gol.
Los de Mario Simón en ningún momento encontraron la fluidez en el juego que demostraron las pasadas jornadas. Se mostraron atorados y sin fútbol. Una cura de humildad de la que aprender para no cometer los mismos errores cuando las cosas no salgan. Queda mucho camino por recorrer y mucha tela por cortar, y el ascenso es un objetivo que todavía queda lejano.
No obstante, el Real Murcia tuvo una buena puesta en escena. Los primeros minutos del encuentro fueron para los pimentoneros, siendo dueños del esférico y llegando a la portería contraria en numerosas ocasiones. Lo que trastocó los planes en la primera mitad fue un error de novato de Arnau Solá, que regaló un balón a Víctor Narro, y este no perdonó. A pesar del tanto en contra, el Murcia hizo bien las cosas, liderados por unos Pedro León y Dani Romera en estado de gracia. A pesar del 0-1 al descanso, se veían brotes verdes y la afición confiaba en dar la vuelta al partido.
La segunda mitad fue otra historia. El Murcia generaba más dudas y parecía ansioso, sin salir las cosas. Solo consiguió tener una gran ocasión, con un centro de Loren que Dani Vega cabeceó desviado. Mario Simón decidió mover el banquillo en el minuto 60, dando entrada a Pablo Ganet. El partido comenzó a ralentizarse y a perder ritmo, con el equipo balear ya definitivamente encerrado y buscando parar el partido a cada momento. Los pimentoneros no mejoraron tras los cambios, y no sabían sortear el muro de la defensa rival. El técnico murcianista, a la desesperada, dio entrada a Toril y Carrasco en detrimento de los defensivos Aguza y Arnau Solá.
Pero no hubo manera. No sonó la flauta y el Real Murcia no consiguió generar ninguna fisura en el Atlético Baleares, que se llevó la victoria. El Real Murcia pega un frenazo en su camino al ascenso, aunque no fue por falta de ganas ni de actitud. Fue solo un mal partido donde no salieron las cosas. Un encuentro del que aprender.
Era una buena oportunidad para seguir cerca del Eldense, líder de la categoría, pero la derrota de la Real Sociedad B mantiene a los de Mario Simón en puestos de 'playoff'.
