Al Real Murcia no le salen las cosas. Todo estaba de cara hoy en el duelo que se planteaba en el Enrique Roca. Un equipo fuerte y sólido en casa y un rival que no pasaba por su mejor momento. El Murcia no pudo contra 11 ni contra 10, tras la expulsión de Chema Núñez que dejaba al conjunto irundarra con uno menos durante casi media hora. Una ventaja que no supieron capitalizar los granas. No fue falta de actitud, sino falta de magia al llegar al área rival.
El Real Murcia esperaba quitarse el mal sabor de boca de la derrota en Tarragona ante los casi 8.000 fieles que poblaban las gradas del Enrique Roca, cifra nada desdeñable teniendo en cuenta la coincidencia horaria con un Clásico. Mario Simón no acaba de dar con la tecla. Lo evidencian la gran cantidad de cambios que implementa en el once jornada tras jornada. Lo más llamativo el relevo en la meta, con Miguel Serna quitando el puesto a Joao Costa. También llama la atención una jornada más la ausencia en el equipo titular de Pablo Ganet.
El Real Unión de Irún salió con ímpetu y dispuesto a plantar cara, aunque no duraría mucho. El Real Murcia se haría rápidamente dueño del balón pero sin ocasiones, jugando al tran tran y sin traducir en peligro su superioridad. No obstante, la sensación era que, tarde o temprano, el equipo pimentonero acabaría abriendo la lata, algo que se acentuó en los últimos minutos de la primera mitad, con varios disparos peligrosos que bien pudieron romper la igualdad. Lo peor, la lesión de Javi Rueda. Llegaba así el partido al descanso con un Real Murcia superior y que no debía dejar escapar la oportunidad de sumar los tres puntos.
La segunda mitad no arrancó como a Mario Simón le gustaría, con sus jugadores fríos y sin encontrar sensaciones. Tampoco creaba peligro el Real Unión, por lo que el técnico albaceteño decidió dar entrada a Pablo Ganet y Julio Gracia, dos jugadores con calidad y creatividad, en búsqueda de una mejora del juego e intentando recuperar el mando del partido. El equipo vasco también estaba metido de lleno en el encuentro, amenazando con un cabezazo de Julen Agirre que sacó Serna en una gran intervención.
El giro de guion llegó en el minuto 67, con la expulsión por doble amarilla de Chema Núñez, que dejaba todo de cara al conjunto grana. El partido se convirtió a partir de entonces en un asedio constante, con un equipo irundarra dispuesto a resistir. Faltaron sinergias. Miku y Pedro León no terminaban de entrar en juego, el equipo estaba atascado y la superioridad numérica no servía para fabricar grandes ocasiones. El partido terminó con susto, pues el Real Unión tuvo en las botas de Nacho Sánchez la última del encuentro, estrellando el balón en la madera.
El Real Murcia queda en la quinta posición de la tabla con 12 puntos, empatado a puntos con el Intercity, que ostenta la cuarta plaza.
