El FC Cartagena está instalado en esa dinámica en la que todo te sale mal. Da igual lo bien que lo hagas, al final el resultado es el mismo. Es lo que ocurrió en el partido de este sábado ante el Racing de Santander, en el que jugó como nunca esta temporada... y perdió como siempre (2-3).
Los de Calero mostraron un juego alegre y agresivo, si bien volvieron a ser blandos hasta decir basta en la zaga y eso no lo perdonó la venenosa delantera cántabra que cuenta con auténticos diablos en punta, como Peque, Iñigo Vicente o Andrés Martín, dispuestos a aprovechar cualquier regalo y convertirlo en gol en contra.
Y todo ello a pesar de que el primer error de bulto se cometió en la defensa visitante, un pase entre los centrales que interceptó Ortuño y sirvió para Luis Muñoz, que, con un buen tiro cruzado adelantó al Efesé a los ocho minutos. Sin embargo, y tal y como estableció la ley de Murphy, a los de blanco y negro todo lo que les puede salir mal, les sale mal. Pese a que el partido se convirtió en un correcalles con ocasiones de gol claras en ambas áreas, sólo los de Cantabria acabaron celebrando goles: ocurrió en el 28 y en el 39, cuando Andrés Martín y Peque, este último de penalti tan claro como innecesario tras un mal despeje de Marc, dieron la vuelta al resultado.
El encuentro se marchó al intermedio empatado, ya que el '9' yeclano Alfredo Ortuño logró empatar antes del pitido final. Todo por decidir en la última mitad del partido.
El Efesé contentaba a su afición porque estaba jugando bien, y la parroquia local podía soñar con una victoria. Sin embargo, en un contragolpe tras una nueva pérdida atrás, Peque redondeaba su espectacular partido con un remate de cabeza que significaba el 2-3. En el área contraria, instantes después, se le anulaba un gol (al parecer justamente) al Cartagena. La Ley de Murphy.
En el tramo final del encuentro, el Efesé lo intentó todo. Hasta el portero Marc Martínez subió a rematar el último corner del encuentro, pero la dinámica negativa sigue impidiendo a los del Cartagonova retomar la senda de la salvación.
Una semana más, el equipo es colista y la última vez que celebró una victoria se pierde ya en la memoria (fue a primeros de septiembre). El Cartagena, de la mano de Calero, ha mejorado una barbaridad, pero los puntos siguen pasando de largo y el tiempo se agota.
