El UCAM ha llegado al final de temporada en un momento de forma excelente. Tras una temporada nefasta lejos de Murcia, donde el equipo apenas conseguía competir, esta semana se ha desquitado con dos excelentes victorias en dos plazas complicadísimas: Tenerife y Lugo. Tras el exigente encuentro del miércoles, con prórroga incluida, el equipo compitió a un nivel excelente, consiguiendo una victoria muy importante en el plano anímico y también en el competitivo, ya que permite a los universitarios seguir soñando con el playoff. El cuadro murciano se encuentra noveno, a una victoria de Valencia Basket (que tiene dos partidos menos). El objetivo más realista, el de conseguir una plaza para competiciones europeas, queda mucho más cerca.
Lo extraño fue el guion del encuentro. Este equipo viene demostrando a lo largo del año que tiene dos caras, y en este encuentro volvió a mostrar la cara buena. La competitiva, la de no dar un centímetro en defensa y jugar con soltura en ataque. Dos primeros cuartos manteniendo a raya al equipo gallego, que luchaba por no descolgarse. Algo que pasaría en el tercer cuarto, donde el UCAM Murcia sometió al Breogán para terminar el período con una renta de +19 que se antojaba casi definitiva.
Pero todo cambió en el último cuarto. Los de Sito Alonso sacaron la cara B, la de la mayoría de partidos fuera de casa, y se dejaron remontar. En tan solo 5 minutos, los lucenses habían dado la vuelta a la situación y clavaron un 18-0. Ante un Chiozza que había encadenado demasiadas decisiones, el técnico apostó por darle la batuta a Tomás Bellas, aportando control y cabeza, para no dejar que al equipo le sobrepasara la situación. Y lo consiguió. El aro se hizo pequeño para los gallegos gracias a la defensa murciana, y los universitarios, remando, consiguieron quedarse con la victoria.
El mejor jugador universitario fue Pustovyi, con 15 puntos (aunque débil en el rebote, sin ninguna captura en defensa). Destaca la ausencia de Ily Diop, sin minutos por decisión técnica.
